En el tercer trimestre las ventas alcanzaron los 1.956 millones de euros
Puma ha cerrado los nueve primeros meses del año con una pérdida neta de 308,9 millones de euros, una cifra condicionada por efectos extraordinarios vinculados a su programa de transformación “nextlevel” y a ajustes contables realizados en el segundo trimestre. Excluyendo estos impactos, el desempeño operativo de la compañía se mantiene en línea con lo previsto, según ha confirmado la marca alemana, que mantiene sus perspectivas para el conjunto de 2025.
Durante este periodo, la firma deportiva registró unas ventas de 5.974 millones de euros, un descenso del 4,3 % a tipo de cambio constante, reflejo de un contexto global marcado por la volatilidad de divisas como el dólar estadounidense, el peso mexicano o el peso argentino. En términos absolutos, el impacto negativo del tipo de cambio redujo las cifras en alrededor de 288 millones de euros.
Como parte de su plan para fortalecer la rentabilidad y mejorar la agilidad operativa, Puma ha decidido ampliar su programa de eficiencia de costes. Este proceso, que se extenderá hasta 2026, contempla una reorganización administrativa y la simplificación de la gama de productos con el objetivo de optimizar recursos, acelerar la toma de decisiones y reforzar el foco en las categorías estratégicas.
La medida, que afectará a unos 900 puestos a nivel global, se suma a los ajustes ya realizados en el segundo trimestre, y se inscribe en un marco de reorganización planificada, concebida para garantizar una estructura más sólida y competitiva a medio plazo.
En el tercer trimestre, las ventas alcanzaron los 1.956 millones de euros, mientras que el resultado neto se situó en –62,3 millones, en un periodo marcado por una mayor prudencia en el consumo y una fuerte competencia en el mercado internacional. No obstante, la compañía subraya que las cifras se encuentran dentro del rango previsto y reflejan los efectos temporales del proceso de reestructuración.
“El ejercicio 2025 es un año de transición para Puma. Estamos aplicando medidas decisivas para hacer nuestra organización más eficiente, mejorar la gestión del efectivo y sentar las bases de un crecimiento sostenible”, explicó Arthur Hoeld, consejero delegado de Puma. “Los resultados del trimestre cumplen nuestras expectativas y nos permiten avanzar con disciplina en el programa de transformación”.
A pesar de la coyuntura, Puma mantiene una posición sólida dentro del mercado global del deporte, apoyada en su capacidad de innovación, su relevancia entre el público joven y su compromiso con la sostenibilidad. La compañía prevé cerrar el año con ventas ajustadas a la baja en un solo dígito y un resultado operativo (Ebit) negativo moderado, mientras continúa invirtiendo en digitalización, eficiencia logística y optimización de su red de distribución.
Con más de 70 años de historia, Puma sigue consolidando su reputación como una de las marcas más dinámicas del sector, apostando por una estrategia de largo plazo centrada en la rentabilidad, la resiliencia y la creación de valor en un mercado global en transformación.

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