¿El fin de una disputa histórica entre marcas 'hermanas'?

El mercado deportivo volvió a agitarse tras un inesperado comentario de Thomas Maul, analista de DZ Bank, que dejó caer la posibilidad de una fusión entre dos 'enemigos' históricos: Adidas y Puma. Aunque el propio experto calificó la operación como “no viable”, la simple insinuación bastó para que las acciones de Puma subieran un 4,2%, un alivio fugaz tras un año en el que se han desplomado más del 50 %.

La especulación llega en un momento delicado para Puma, que en la primera mitad de 2025 ha registrado pérdidas netas de 246,6 millones de euros, frente al beneficio de 129,3 millones del mismo periodo del año anterior. Una caída que ha encendido todas las alarmas entre los inversores y que ha empujado a voces críticas, como la del cofundador de Metronuclear, Roy Adams, a exigir más protección para los pequeños accionistas.

En paralelo, la sombra de los grandes jugadores internacionales acecha. La familia Pinault, que controla el 28,7 % del capital de Puma a través de Kering, barajó este verano vender su participación a grupos como Anta Sports, Li Ning o fondos de inversión de EE. UU. y Oriente Próximo. Finalmente, descartó el movimiento al considerar que el actual valor en Bolsa no refleja el “valor real” de la compañía.

Mientras tanto, el runrún de una hipotética reconciliación empresarial entre los Dassler —las marcas nacieron tras la ruptura de los hermanos Rudolf y Adolf— alimenta la narrativa de los mercados. Pero más allá del morbo histórico, la realidad es que una fusión Adidas-Puma parece, por ahora, tan improbable como que la marca del felino supere de inmediato su situación financiera.