Uno de los objetivos estratégicos es la relocalización de la producción a Marruecos

Luanvi busca renacer tras el concurso con patrocinios de Primera y entre el rechazo sindical

Redacción Tradesport15/09/2025
La histórica firma deportiva Luanvi inicia una nueva etapa tras superar el concurso de acreedores con la entrada del grupo Torqueva, que busca relanzar la marca con patrocinios en clubes de Primera y una producción más cercana en Marruecos. Mientras tanto, la familia fundadora mantiene la propiedad de la enseña. El plan, sin embargo, no convence a los trabajadores, que denuncian un drástico recorte de plantilla y pérdida de derechos laborales.
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La histórica firma deportiva valenciana Luanvi encara una nueva etapa tras superar el concurso de acreedores presentado el pasado junio. La unidad productiva ha sido adquirida por Revolution Sport, sociedad creada por el empresario Víctor Huerta —propietario, entre otras compañías, de Cafés Durban— a través de su brazo inversor Torqueva. Según informa Expansión, la familia Tarancón mantiene la titularidad de la marca, que quedó al margen del proceso concursal.

El nuevo proyecto contempla inversiones para relanzar la actividad, recuperar patrocinios en clubes de Primera División y trasladar parte de la producción a Marruecos. Sin embargo, la operación ha desatado el rechazo de los trabajadores, que denuncian recortes de plantilla y pérdida de derechos laborales.

Cambio accionarial y continuidad de la marca

La operación permite dar continuidad a la actividad industrial en la planta de Paterna (Valencia), aunque con una plantilla reducida de 100 a 46 empleados. A cierre de 2023, la compañía facturaba en torno a 15 millones de euros, con una deuda de diez millones repartida entre corto y largo plazo.

El plan estratégico pasa por reforzar la distribución de Luanvi y New Balance —marca con la que ya trabajan— y ampliar el catálogo con nuevas firmas deportivas. Además, se contempla invertir en marketing digital y recuperar el patrocinio de clubes profesionales, especialmente en el fútbol, que representa el 70% de las ventas.

“Queremos volver a estar presentes en las camisetas de equipos de referencia”, asegura Juan José Ballester, director de Operaciones en declaraciones a Expansión. En esa línea, ya se han iniciado conversaciones con varios conjuntos de Primera División. A lo largo de su historia, Luanvi ha vestido a equipos como Valencia CF, Villarreal CF, Levante UD, CD Tenerife, Real Zaragoza o Deportivo Alavés. Su último patrocinio de alto nivel fue el del Valencia Basket.

Producción más cercana

Otro de los objetivos estratégicos es la relocalización de la producción a Marruecos, un movimiento que la compañía ya estudiaba desde hace dos años. El país vecino ofrece plazos de entrega más competitivos que los actuales proveedores asiáticos, y la dirección viajará en breve para culminar la transición.

Una marca al margen del concurso

La marca Luanvi ha quedado “protegida” del concurso, ya que desde hace décadas pertenece a otra sociedad, Kuanvi Sport, vinculada a la familia Tarancón. De esta forma, Javier Tarancón, hasta ahora consejero delegado e integrante de la segunda generación de fundadores, conserva la titularidad de la enseña.

Fundada a comienzos de los años setenta por Luis, Antonio y Vicente Tarancón, Luanvi comenzó produciendo disfraces antes de especializarse en material deportivo. Vicente Tarancón, presidente de la firma hasta su fallecimiento en la dana que azotó Valencia en octubre de 2022, fue relevado por su hijo Javier, quien mantiene hoy la titularidad de la marca.

Rechazo sindical a la operación

Aunque la venta de la unidad productiva cuenta con el aval judicial que la hace efectiva, el comité de empresa ha expresado su rechazo frontal a la entrada de Torqueva. Según un comunicado difundido por UGT, la operación implica “un grave retroceso en derechos laborales y un ataque directo al empleo, sin garantías reales de viabilidad”.

Los sindicatos denuncian que la reducción de la plantilla a menos de la mitad “condena a decenas de familias a la incertidumbre y la precariedad”, y critican la pérdida de complementos, antigüedad y beneficios consolidados. También alertan de que el compromiso de mantener el empleo durante tres años carece de mecanismos de control y penalizaciones, lo que abre la puerta a “despidos, ERTEs y modificaciones sustanciales”.

El comité reclama que se preserve la práctica totalidad de los puestos de trabajo, con indemnizaciones equivalentes a despido improcedente en caso de pérdida de empleo. Además, exige el reconocimiento íntegro de la antigüedad y las condiciones salariales, junto con un plan de formación y la subrogación de contratos críticos de servicios auxiliares y de mantenimiento.

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