El running se mantiene como el deporte más practicado en 2024. Así lo confirma el Barómetro de Hábitos Deportivos en España, que también destaca el crecimiento del senderismo, el yoga y el pilates. Pero más allá de las cifras y las posiciones en el ranking, estos datos reflejan una realidad ineludible: la actividad física sigue siendo una necesidad esencial para nuestra salud y bienestar.
En un país donde el sedentarismo y la obesidad siguen siendo problemas de primer orden, el deporte emerge como la mejor medicina preventiva. La práctica regular de ejercicio no solo combate el sobrepeso, sino que también reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejora la salud mental y refuerza la calidad de vida. En este sentido, el auge del running, la natación o el senderismo es una noticia alentadora: son deportes accesibles, adaptables a distintas edades y necesidades, y con beneficios comprobados.
Sin embargo, el hecho de que una parte importante de la población siga alejada de la actividad física es motivo de preocupación. La obesidad, especialmente infantil, continúa siendo un reto que debemos abordar con políticas públicas eficaces y una educación que promueva el ejercicio desde edades tempranas. No basta con que cada vez más personas se calcen las zapatillas y salgan a correr; es necesario que la cultura del deporte impregne todos los niveles de la sociedad.
La tendencia creciente de disciplinas como el yoga y el pilates, además, demuestra que el deporte ya no se percibe solo como un esfuerzo físico, sino como una herramienta integral de bienestar. En un mundo donde el estrés y la ansiedad son problemas recurrentes, la combinación de actividad física y equilibrio mental es más importante que nunca.
Ahora bien, para que estos hábitos saludables se consoliden, es fundamental mejorar las infraestructuras deportivas y facilitar el acceso a instalaciones y espacios públicos donde la población pueda ejercitarse sin barreras económicas o urbanísticas. Las ciudades deben fomentar espacios para correr, caminar y montar en bicicleta, al tiempo que se potencia el deporte en las escuelas y se refuerza su presencia en los programas de salud pública.
En un mundo donde el estrés y la ansiedad son problemas recurrentes, la combinación de actividad física y equilibrio mental es más importante que nunca.
También hay que tener muy en cuenta que una sociedad que hace más deporte es una sociedad más sana, lo que repercute directamente en un menor gasto sanitario. En este sentido, parace evidente que las administraciones harían bien en trabajar más activamente el fomento de la práctica deportiva en todos los estratos de la sociedad, ya que puede ser clave, a medio y largo plazo, para reducir los costes de la sanidad y garantizar la sostenibilidad del estado del bienestar.
Incluso las empresas pueden y deben jugar un papel clave este aspecto. Fomentar el deporte entre sus empleados, ya sea mediante promociones, incentivos o infraestructuras, puede repercutir directamente en su propio beneficio: reducción de bajas laborales, mejora de la productividad y motivación… Parece bastante evidente que la actividad física puede generar efectos muy positivos en el entorno laboral.
El deporte no es solo una moda pasajera ni un dato de una encuesta: es una herramienta clave para construir una sociedad más sana y activa. En España, cada vez son más los que apuestan por la actividad física como parte de su vida diaria, pero aún queda camino por recorrer. Toca seguir corriendo, pedaleando y avanzando, no solo por diversión, sino, sobre todo por salud y calidad de vida. Y por dinero…
Noticias sobre marcas y empresas de deporte