Después de un ejercicio —el de 2015— de consolidación y redefinición de nuevas estrategias para algunas de sus líneas de negocio, el gigante alemán de ropa deportiva Adidas se enfrenta a un año de consolidación. Lejos quedan, parece, los movimientos de algunos accionistas para que se deshicieran de Reebok. Esto se debía a que esta unidad de negocio había quedado muy desdibujada a causa del éxito de la matriz en cuanto a ventas de ropa deportiva, sobre todo para dos de sus grandes negocios: el fútbol y el atletismo. Robin Stalker, consejero delegado de Adidas, ha defendido a capa y espada durante todo este año el mantenimiento de Reebok dentro de la compañía, puesto que los rumores acerca de su venta eran recurrentes. finalmente, parece que las noticias en materia de ventas son positivas.
Reebok fue comprada por Adidas en 2005 por unos 3.800 millones de dólares (unos 3.100 millones de euros) para competir directamente en Estados Unidos contra su principal rival en ese mercado y en el mundo, Nike. La jugada no salió bien, aunque parece que, por fin, los diseños, el marketing y los nuevos fichajes deportivos están dando resultados.
En agosto de 2005, el director ejecutivo de Adidas, Herbert Hainer, posa con dos maniquíes de Reebok y Adidas tras el anuncio de la compra de la primera por parte de la segunda.
A la necesidad de redefinición de las líneas de negocio se unió durante todo el año el incremento de los costes de distribución, que aumentaron de forma importante en los 30 países en los que Adidas está presente. El crecimiento de los costes laborales en la mayor parte de los países en los que la empresa fabrica sus productos, y la subida del precio de las materias primas como el algodón, el nylon y los nuevos tejidos tecnológicos también fueron notables. Por todo ello, en la última reunión con inversores internacionales llevada a cabo en Alemania hace unas semanas, Adidas pensó que el año 2016 será un año de más gastos en todos los sentidos.
Tres son las líneas maestras que la multinacional tiene en mente para contrarrestar esta situación. Por un lado, los puramente operativos: mayor eficiencia en la producción y mejoras en la productividad; por otro, la búsqueda de la optimización de los canales de distribución; y, en último lugar, la redefinición de modelos y público objetivo.
Para lograr este objetivo, la multinacional invertirá más en marketing y en publicidad, hasta alcanzar un retorno operativo en las ventas de entre el 12% y el 13%. Entre los objetivos están las Olimpiadas de Río, un escaparate fantástico para cualquier firma deportiva y concretamente para esta, teniendo en cuenta el buen comportamiento en ventas que alcanzaron gracias al Mundial de Fútbol de Brasil en el que, además de ser los creadores del balón oficial, eran patrocinadores de la Selección Alemana de Fútbol.
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