El presidente del consejo de la empresa Puma, Jochem Zeitz, ayudó a desarrollar un instrumento que permitiría calcular el costo generado por el dióxido de carbono que genera un fabricante de calzado deportivo mediante sus actividades de producción. La Cuenta de Ganancias y Pérdidas Ambientales (EP&L, por sus siglas en inglés), asigna una cifra en dólares a los costos que genera en el medio ambiente cada paso del proceso de manufactura necesario para transformar el algodón, el cuero y otros materiales en los emblemáticos zapatos deportivos de esta marca, así como en la ropa para atletas y en las camisetas.
Aunque Puma no ha desglosado todavía el costo ambiental de la fabricación de cada par de zapatos o de algún producto individual, la cifra estimada en 2010 sobre el costo de su impacto ambiental general fue de 185 millones de dólares. Puma distribuye sus productos en más de 120 países, emplea a más de 11.000 personas en todo el mundo y tiene ventas consolidadas por 3.700 millones de dólares. Más de la mitad de esa última cifra corresponde a los zapatos deportivos, de acuerdo con la página de la compañía en internet.
"Me percaté de que valuar el capital de la naturaleza era algo que cobraba impulso y que los científicos comenzaban a hacer, con nueva metodología... Y pensé, '¿por qué no aplicar esto a un contexto de negocios?'', dijo Zeitz en los márgenes de la cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable en Rio de Janeiro. "Me sorprendió que nadie hubiera hecho esto antes".
Zeitz no descartó la posibilidad de incluir en las etiquetas de algún producto el valor monetario del deterioro ambiental causado por la producción de un par de zapatos. "Creo que los consumidores comienzan a interesarse por este tipo de cosas", dijo.
Largamente relegadas a una suerte de propuesta alternativa, las iniciativas para asignar números en dólares a las funciones de los ecosistemas que hacen posible la vida han cobrado impulso en los años recientes. Estos programas de "contabilidad verde" estuvieron en boga durante la conferencia de ONU, llamada también Rio+20, sobre el desarrollo sustentable. El encuentro se clausuró el viernes.
Los defensores de estos programas confían en que la asignación de valores monetarios a los recursos contribuyan a poner freno al desarrollo descontrolado. Dicen que estas iniciativas podrían ayudar a que los gobiernos y las empresas tengan menos probabilidades de poner en riesgo los activos naturales y los sistemas ambientales que hacen habitable el planeta.
A su vez, esto sería un paso para prevenir la crisis ambiental que muchos científicos predicen.
Noticias sobre marcas y empresas de deporte