El 75,5 por ciento de los niños españoles come bollería industrial entre horas o al finalizar una actividad física y sólo el 22 por ciento elige fruta para merendar y que casi la mitad prefiere tomarla en forma de zumo, macedonia o triturada.
Son las principales conclusiones que se extraen del estudio "Alimentación y actividad física infantil", elaborado por la empresa Materne, en el que se analizan los hábitos alimentarios, especialmente el consumo de fruta de los niños en la hora de la merienda, además del ejercicio físico realizado al aire libre.
El informe concluye que los niños españoles de 8 y 12 años son muy activos, pero que no consumen la cantidad de fruta necesaria.
Por ello, los especialistas consideran imprescindible una mayor implicación por parte de sus progenitores para que tengan una alimentación adecuada y saludable.
Los datos apuntan que el 75,50 por ciento de los niños, cuando tiene hambre entre horas o al finalizar una actividad física, come bollería industrial o lo primero que encuentra, mientras que en la misma circunstancia, sólo eligen la fruta el 24,50 por ciento. Si no es en esas circunstancias, los niños suelen optar para la merienda por chocolates o un bocadillo con embutido. Y el 59,70 por ciento de los niños elige esa merienda sólo o con la ayuda de sus padres.
Ante esta situación, la psicóloga y educadora Rocío Ramos-Paúl ha llamado la atención sobre los padres para que habitúen a sus hijos desde pequeños a una alimentación saludable. "En la medida en que los padres incorporan la fruta en las rutinas alimentarias de los niños es esperable que aumente el consumo de fruta por parte de éstos sin necesidad de que sus progenitores tengan que recordárselo", comenta la experta.
Pero además es que casi la mitad de los padres consultados, el 49,80 por ciento, consideran que la cantidad de fruta que toma su hijo es insuficiente.
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