Siempre hay dinero para una ganga, aunque sea un producto de otra temporada. Ésa parece ser la premisa que está permitiendo a las cadenas de outlet no sólo esquivar la crisis, sino ver como sus volúmenes de ventas crecen a ritmos impensables para otros formatos comerciales.
'Lo que está pasando es un desplazamiento del consumo, porque antes los clientes que venían a los village también iban a establecimientos del centro de la ciudad, pero ahora vienen directamente a nosotros', explica Elena Foguet, directora de Retail y Marketing de Value Retail, la matriz de Las Rozas y La Roca Village, (en Madrid y Barcelona, respectivamente).
En el caso de este grupo, especializado en firmas del segmento alto, el incremento de la facturación en las últimas semanas ha sido del 8% en su centro madrileño y del 17% en el barcelonés. Sus previsiones para el conjunto del año pasan por alcanzar un volumen de ventas de 1.000 millones en sus nueve establecimientos en Europa, de los que 250 millones corresponderán a España.
La otra gran enseña del outlet, Factory, espera que este año el negocio de sus cuatro centros españoles crezca un 12% y alcance los 280 millones de euros. 'Las previsiones son positivas', apunta Manuel Lagares, director general de Neinver, la matriz de Factory, quien prefiere desligar el alza de ventas al frenado generalizado de la economía. Lagares estima un nuevo incremento de ventas de más del 10% de cara a 2009, año en el que las previsiones sitúan a la economía global en recesión. 'La oferta de marcas en los outlets es cada vez más alta porque los consumidores ven este concepto como parte del ciclo de vida de un producto, pero aún no se ha visto un aumento relacionado con el parón del consumo', afirma.
Sin embargo, la opinión de Value Retail es muy distinta. 'La situación es incierta, en mayo los clientes venían y gastaban sin que las firmas tuvieran que hacer nada, ahora hay más ofertas, tienen que dar un trato más personalizado y responder mejor a las necesidades de los consumidores, porque en España la atención al cliente se ha pasado por alto durante mucho tiempo', asegura Elena Foguet. Además, reconoce que 'ahora son las firmas las que se aproximan a nosotros, aunque siempre hay un interés mutuo'.
El perfil del cliente de estos establecimientos tiene dos vertientes, 'los que compran por aspiración y los que son fieles a una marca', señala Foguet. Por su parte, el máximo responsable de Neinver reconoce que su compañía está 'continuamente testando la demanda de los consumidores para adaptarse'.
Pero no sólo las boutiques con oportunidades ven cómo la crisis les beneficia. Situación similar vive la restauración vinculada a la denominada comida rápida. No en vano, los ingresos de los locales de fast food crecieron entre un 1% y un 2% durante el pasado octubre, según los datos de la Federación Española de Hostelería (Fehr).
Un dato que contrasta con la caída de ingresos de hasta el 15% que registraron en el mismo mes los restaurantes de alta gama o el 10% de caída de los locales de ocio nocturno en los 10 primeros meses de 2008. Desde la Fehr alertan de que ésta es la primera caída en el consumo en restaurantes desde 1996, último año en el que se notó en la calle la crisis del 93. Mientras, Burger King ve crecer sus ventas un 12% en el último trimestre y McDonald's hizo lo propio en un 6,2%.
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