Cara y cruz para Puma en este primer semestre del año. La compañía alemana dispara sus ventas hasta los 4.308 millones de euros, un 10,1% más que en el mismo periodo del año anterior, pero, en cambio, ve como su beneficio se reduce un 16,2%, hasta los 172,3 millones de euros. Los resultados, en cualquier caso, superaron las expectativas de los analistas por la solidez de las ventas en China, Europa y América Latina.
Por mercados, Europa y Asia fueron las regiones donde más crecieron, con un 22,2% y un 19,8%, respectivamente. Europa, Oriente Medio y África aportan el 40,1% del negocio de la compañía, 1.729 millones de euros. Justo por detrás queda América, que pese a retroceder sus ventas un 3,8%, genera 1.689 millones de euros. La región de Asia/Pacífico lideró el crecimiento con un aumento de las ventas del 26,0% sin efectos cambiarios, seguida de la región EMEA con un aumento de las ventas del 25,2 % sin efectos cambiarios. Las ventas en la región de las Américas disminuyeron un 2,7 % sin efectos cambiarios.
El negocio mayorista de Puma aumentó un 9,6% sin efectos cambiarios hasta los 3.330 millones de euros, y su negocio de DTC aumentó un 24,6% sin efectos cambiarios hasta los 980,9 millones de euros durante el período de seis meses. Las ventas en tiendas minoristas propias y operadas aumentaron un 24% sin efectos cambiarios, y el comercio electrónico aumentó un 25,6 % sin efectos monetarios.
El calzado siguió liderando el crecimiento con un 23,5% de crecimiento sin efecto cambiario, mientras que la ropa y los accesorios crecieron modestamente y aumentaron un 2,9 % sin efecto cambiario y un 0,8 % sin efecto cambiario, respectivamente.
“Puma continuó beneficiándose de la fuerte diversificación geográfica de su negocio, ya que el fuerte crecimiento en mercados clave como la Gran China compensó una caída en América del Norte. La demanda sostenida de los productos Puma, respaldada por la agilidad operativa, resultó en una normalización de los niveles de inventario de Puma, como se esperaba. Al mismo tiempo, el entorno macroeconómico y la demanda minorista volátil siguen siendo desafiantes, particularmente en América del Norte y Europa, ya que los riesgos de recesión pesan sobre la confianza del consumidor. Además, el patrón de la recuperación económica de China después de la COVID-19 sigue siendo incierto”.