La caída del IPC en -0,3% en julio, la más baja desde octubre de 2009 y el mayor valor negativo en tasa anual, pone de nuevo a la recuperación económica en entredicho. El planteamiento para el autónomo que vive de la economía real es sencillo: "Cuando mis clientes no me pueden comprar tengo que vender más barato o cerrar".
Como consecuencia de la bajada del poder adquisitivo de los clientes gran parte de la economía real se ve abocada a competir con precios a la baja. Y en este contexto de consumo precario, tirando los precios, la propagada recuperación, es evidente, no impregna a todo el tejido social y económico.
Desde CIAE (Confederación Intersectorial de Autónomos del Estado Español) constatamos, a la luz de los hechos, por un lado el bajo consumo por la pérdida de ingresos de los consumidores y por otro lado el escaso crédito para relanzar el consumo y las actividades económicas. Los indicadores con los que se maneja el ciudadano medio y su reducida capacidad de gasto revelan la incertidumbre y la debilidad de la economía.
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