Con la celebración de la I Ski Week, el BMC-Barcelona Moda Centre ha puesto fin a su primera “ronda” de semanas temáticas. Y lo ha hecho, como en los anteriores tres encuentros (running, bike y outdoor) poniendo sobre la mesa algunas de las principales problemáticas que sufren estos segmentos (y que, en muchos casos, pueden trasladarse al sector en general). El balance, para qué engañarnos, no ha sido del todo positivo. Y no porque el planteamiento haya sido malo. El problema, una vez más, es que la respuesta del sector, especialmente de los detallistas, ha sido escasa.
La iniciativa del centro de negocios, que cuenta con el apoyo de Afydad, era buena (y gratuita). Me atrevería a decir que, además, era necesaria, especialmente en un contexto tan impredecible como el actual. Pero parece que el sector sigue ajeno a todas estas propuestas. Propuestas que, al fin y al cabo, haya o no intereses detrás, no dejan de ser un servicio al que, con un poco de complicidad, puede sacársele mucho provecho. Pero a pesar de la crisis y de tener el agua al cuello, el comercio deportivo sigue dándole la espalda a este tipo de encuentros. Y ahora ya no sirve la típica excusa de la falta de tiempo. No nos engañemos, querer es poder; el problema es que este sector sigue acomodado. Y francamente, no me sorprende, pues este es un mal endémico que arrastra una generación de comerciantes que ha vivido las mejores épocas económicas de España -y las del sector en particular pero a quienes la crisis ha “pillado” demasiado mayores como para cambiar su apalancamiento e individualismo.
Por desgracia, la realidad es cruda y vamos a necesitar grandes dosis de creatividad y trabajo para aprovechar al máximo las herramientas que tengamos a nuestro alcance para afrontar los difíciles meses que nos vienen encima –y, también, el futuro a medio y largo plazo-. Asistir a un foro como el que plantea el BMC o a otro tipo de encuentros similares no sirve para encontrar la fórmula mágica para salir del bache, pero sí puede servir para encontrar algunas ideas, compartir preocupaciones y, también, exponer algunas quejas. Y créanme, eso es mucho mejor que quedarse acomodado en la tienda o en la empresa esperando -los más afortunados-, el paso de la crisis.
Es cierto que los responsables de estas jornadas temáticas deberían cambiar algunas de sus estrategias y plantearse temarios más atractivos, variados y con ponencias más acordes con las problemáticas del sector. Además, sería interesante potenciar reuniones de colectivos con problemáticas comunes y, sobre todo, modificar aquellas fórmulas que no funcionan. Jornadas itinerantes, ponentes elegidos por lo que pueden aportar y no por su cargo, una temática más enfocada al multideporte, mucho más “necesitado” que los especialistas, otro formato de debates… Hay muchos retos sobre la mesa de sus organizadores, pero un proyecto como éste es muy necesario y tiene un buen margen de recorrido si los profesionales del sector lo apoyan. Sería un grave error –uno más- que fracasaran proyectos como éste, o como el que plantea Sports Unlimited Valencia, que han nacido para fomentar los vínculos sectoriales, para establecer sinergias (entre los profesionales de las marcas, entre tiendas o entre marcas y tiendas), compartir conocimiento y buscar alternativas, conjuntas, para afrontar con mayores garantías los tiempos que vienen.
Entre todos –unos más que otros- matamos todas las ferias, y sería una equivocación no apoyar los pocos puntos de unión que nos quedan dentro de nuestras fronteras. Ya va siendo hora de que los detallistas, los ejecutivos de las principales marcas y más de un responsable de las centrales de compra, dejen de lado su individualismo y cambien el sofá por el deporte. Así, por fin, desde la prensa podremos contar que ‘el sector se mueve’.
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