El Consejo Superior de Deportes (CSD) entiende que la futura creación de un Ministerio de Deportes no supondrá ningún gasto extraordinario a las arcas del Estado, puesto que el organismo ya funciona con autonomía propia y con la estructura característica de un departamento ministerial. En esta línea se considera que la figura de un futuro ministro gratificará al máximo responsable del deporte español con la posibilidad de poder intervenir y disponer de voz propia en la gobernabilidad a través de los consejos de ministros.
José Luis Rodríguez Zapatero prometió, durante la recepción oficial en el Palacio de la Moncloa del equipo campeón de Copa Davis de tenis, la creación del nuevo ministerio en la próxima remodelación de su Gobierno, que todavía no tiene una fecha establecida y que según las últimas declaraciones del presidente no será en un plazo corto de tiempo.
FORTALECER EL DEPORTE
Este anuncio, sin embargo, provocó enseguida las quejas de la oposición, sobre todo del Partido Popular, que entiende que un nuevo ministerio aumentará el gasto público en época de crisis. "La estructura del CSD --explica una persona autorizada del propio Consejo-- nos hace funcionar prácticamente como un ministerio. Disponemos de un edificio propio y de instalaciones oficiales para los deportistas. No habría que partir de cero, como fue el caso particular a la hora de crear el Ministerio de la Igualdad, y el único gasto extra vendría dado por la obligatoriedad de nombrar un subsecretario del ministro, figura que en estos momentos no se contempla en la estructura del CSD".
Jaime Lissavetzky, el secretario de Estado, prefiere estar al margen de los comentarios porque entiende que cualquier insinuación suya, como máximo responsable del deporte español desde el 2004, podría ser malinterpretada como interesada o arribista. Sin embargo, considera que la futura creación de un ministerio "supone una buena noticia para el deporte español". Un departamento ministerial, a su entender, "servirá para fortalecer la proyección internacional del deporte español", en una época en la que se está dominando de forma clara en diversas disciplinas tanto individual como colectivamente.
Asimismo, "el ministerio --según Lissavetzky-- será muy positivo a la hora de defender las diversas candidaturas españoles en la organización de eventos deportivos durante los próximos años". Y aquí se enmarca, por ejemplo, el proyecto de la ciudad de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos del 2016. Y también las candidaturas de España para llevar a cabo tanto los Mundiales de baloncesto (2015) como los de fútbol (2018).
LA QUEJA DEL CSD
Por esta razón, en el seno del Consejo no entienden las duras críticas que se han lanzado desde las líneas del PP desde el momento en que Zapatero hizo público el proyecto, "sobre todo si se considera que la Comunidad de Madrid, presidida por Esperanza Aguirre, una persona muy importante dentro de la estructura del Partido Popular, es una de las poquísimas autonomías que cuenta con una consejería específica de Deportes".
Según las mismas fuentes, es muy probable que el futuro ministerio no sea exclusivamente de Deporte y englobe algún otro sector como, por ejemplo, Juventud. "Posiblemente Zapatero querrá controlar el gasto y para ello decida que el futuro departamento de Deportes contemple alguna función más".
En este aspecto, y con el fortalecimiento de una cartera, "un ministerio servirá para trabajar con mayores posibilidades y firmeza en aspectos como el fomento de la práctica deportiva y la lucha contra la obesidad, por poner dos ejemplos". Otra de las funciones será el control del deporte profesional en España y la lucha contra el dopaje. Precisamente, Lissavetzky ha entrado a formar parte de la ejecutiva de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
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