Huérfanos de liderazgo

Redacción Tradesport27/06/2008

A principios de septiembre tuve la suerte de asistir a una conferencia sobre liderazgo que el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, impartió durante la celebración del séptimo Congreso Nacional de Anceco. En su discurso, el ex presidente subrayó en varias ocasiones que entre las principales virtudes que debe tener un líder está la capacidad por generar confianza. Para Pujol, esta confianza sólo se gana si se tiene un discurso creíble y sólido y, sobre todo, si se actúa con un fuerte sentimiento de responsabilidad. Se puede -y se debe- ser ambicioso, pero siempre al servicio de la empresa o del grupo; jamás a nivel individual.
¿Hay líderes que cumplan este perfil en nuestro sector? ¿Están las grandes empresas en manos de gente capaz de asumir su liderazgo dentro y, también, fuera de ellas? Más allá de la respuesta a estas preguntas, creo que uno de los mayores problemas a los que actualmente se enfrenta el mundo empresarial, es que se suele confundir con excesiva facilidad la dirección con el liderazgo. Y eso es un grave error, porque ni tener un cargo directivo implica ser un líder, ni tener liderazgo, por desgracia, garantiza un despacho de dirección. La capacidad de liderazgo es algo innato, y aunque muchos directivos están convencidos de que por su jerarquía en la empresa son líderes, la realidad es que no tienen más poder que su cargo. Y eso, generalmente, no vale nada. Sólo un buen sueldo…
En nuestro sector hace años que estamos huérfanos de líderes. Hay muy buenos directores generales –y otros que no merecen su
puesto-, pero generalmente se trata de excelentes empresarios dedicados exclusivamente al negocio. Es probable, incluso, que la mayoría de ellos tenga esa capacidad de liderazgo dentro de su empresa, pero a nivel sectorial, hace tiempo que no tenemos una voz capaz de liderar los muchos proyectos e iniciativas que el deporte necesita para no quedarse en la cuneta.
Desde las pocas asociaciones que consiguen tenerse en pie pese al pasotismo absoluto de fabricantes y detallistas, se reclama desde hace tiempo que emerja una figura de este tipo. Y estoy convencido de que hay varios profesionales –y no necesariamente en los despachos de dirección de las grandes empresas- que se han ganado a pulso la confianza del sector y que podrían, si tuvieran garantías de que sus esfuerzos no son en vano, marcar los caminos que pueden devolvernos a nuestro sitio.
Necesitamos más líderes responsables capaces de implicarse en proyectos comunes y menos directivos ególatras que dirigen sus sociedades a golpe de capricho, anteponiendo sus ambiciones personales a las necesidades de su empresa y del sector. No estamos viviendo nuestro mejor momento y necesitamos que las grandes empresas de nuestro sector, pero sobre todo aquellas que tienen en sus manos el futuro de muchos detallistas, estén lideradas por alguien que transmita confianza y que entienda que en momentos como el actual, es fundamental implicarse en el conjunto.
Hay muchos directivos que harían bien en tomar nota de los consejos de Jordi Pujol. Y me consta que algunos ya lo hicieron…

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