El textil portugués recupera su esplendor y seduce a Europa

Redacción - Tradesport14/11/2019
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Durante muchos años Asia se ha convertido en el gran productor par muchas empresas del sector de artículos deportivos. La mano de obra, infinitamente más barata que en cualquier país de Europa o del norte de África, ha convertido muchos países asiáticos en la gran fábrica del mundo occidental.

Empresas de todos los sectores y tamaños se lanzaron hace años a producir fuera -mayoritariamente en Asia-, en busca de mayor margen de beneficios o ante la necesidad de ajustar costes para ser más competitivos -en precio- en un mercado global cada vez más obsesionado por el low cost… o por aumentar los beneficios a costa de bajar costes.

Pero ahora, con un mercado cada vez más competitivo y con un consumidor cada vez más exigente, el precio ha dejado de ser el único valor añadido al que se aferran las empresas para competir. La crisis, paradójicamente, ha cambiado la tendencia, y cuando la lógica de producir barato, aunque lejos, parecía irrefutable, nos encontramos con que cada vez hay más empresas que están acercando la producción a países más cercanos o, incluso, fabricando en su propio mercado (con fábricas propias o, en la mayoría de casos, con productores nacionales).

Es obvio que una de las razones que ha propiciado este cambio ha sido el encarecimiento de la producción, tanto de la mano de obra como de materias primas en China. La balanza ya no empieza a caer de forma tan obvia a un lado como sucedía antes, y aunque es evidente que en mercados de la Europa occidental la mano de obra sigue siendo bastante más cara, si sumas todos los costes que tiene producir fuera, no siempre compensa. Puede que, en grandes cantidades, y siempre que no se quiera dar prioridad a la calidad y al servicio, aun tenga sentido producir en Asia, pero cada vez hay más marcas que están entendiendo que la proximidad aporta muchas más ventajas que una producción de bajo coste. Aporta, sobre todo, diferenciación, un valor clave para sobrevivir en un contexto tan y tan competitivo.

China, Taiwan, Tailandia y otros mercados asiáticos productores seguirán siendo la gran fábrica mundial para muchos sectores, entre ellos el textil o el calzado. Muchas marcas deportivas, principalmente las grandes multinacionales, no se han planteado, ni mucho menos, dejar de fabricar en estos países porque los beneficios de hacerlo son muy altos. Pero de la misma manera que es evidente que en ciertos productos no tiene sentido una relocalización, también lo es, como hemos dicho, que la calidad se ha convertido en el gran caballo de batalla para muchas marcas. Y cuando lo que se quiere es vender calidad, y hacerlo ofreciendo un buen servicio, es obvio que acercar la producción es una buena decisión.

PORTUGAL, UNA OPCIÓN PERFECTA PARA EMPRESAS ESPAÑOLAS
En este continuo proceso de relocalización que empezó, paradójicamente, con la crisis, las marcas españolas que no disponen de fábrica propia (o que, teniéndola, no producen el 100% de su oferta en ella) tienen en Portugal un perfecto aliado. Sobre todo en textil.

El país luso ha sido, históricamente, uno de los grandes productores de textil a nivel mundial, y pese a las dificultades que en su día atravesó, en los últimos años se ha convertido en uno de los mercados preferidos por aquellas marcas que buscan una producción ágil, próxima y, sobre todo, de calidad.

La relocalización en Portugal ha sido más fácil porque, pese a la crisis, el textil en ese país ha mantenido su estructura y ha sido capaz de adaptarse a una nueva demanda de series cortas con elevado valor añadido. Así, no es extraño que los principales clientes de la confección portuguesa sean marcas europeas de lujo, marcas deportivas y grupos de distribución que buscan rapidez y proximidad para sus líneas de gama media-alta y alta.

La relocalización del textil en Portugal se explica en gran parte por el retorno de marcas que en su día trasladaron la producción a China y ahoraregresan por malas experiencias o por el encarecimiento de aquel país. Y este retorno de la producción textil se ha producido porque las marcas necesitaban reducir sus tiempos de reacción, aminorar los costes de transporte y logística y, evidentemente, apostar por un producto de mayor calidad como valor añadido.

El país luso se ha convertido en un proveedor de servicios, integrando toda la cadena de valor y dando una respuesta rápida al cliente. Desde la aprobación del diseño hasta la distribución, muchas compañías lusas son capaces de servir un pedido en tienda en un período de 15 días. Asia sigue siendo una opción perfecta para grandes volúmenes de programación, pero para quienes quieren trabajar con stocks, quieren gran rotación de mercancía y exigen una respuesta muy rápida, las empresas portuguesas pueden convertirse en un socio preferente.

UNA VISITA AL CORAZÓN TEXTIL DE PORTUGAL
Tradesport ha podido comprobar, de primera mano, el enorme potencial de nuestro país vecino como productor y fabricante. La lista de empresas nacionales de nuestro sector que ya producen algunas de sus colecciones más técnicas en Portugal es larga y muy significativa de las oportunidades que ofrece este país, pero por si alguna compañía nacional está pensando en cambiar sus estrategias de porducción (integra o parcialmente) Portugal es una apuesta ganadora. Y aqui puedes conocer un poco más a fondo algunas de las empresas que pueden convertirse en aliados:

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