Friedrichshafen se despide de OutDoor a la baja... y el bike puede seguir sus pasos

Redacción - Tradesport20/06/2018
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Era más que previsible. Y las cifras oficiales -que hablan de 30.000 visitantes- pueden decir lo que sea. La edición de este año de OutDoor ha sido la más floja de los últimos años. Porque el modelo está cada vez más obsoleto y, sobre todo, porque era la última edición que se celebraba a orillas del lago Constanza. OutDoor se traslada a Munich en 2019. Y esperemos que los responsables de Messe Munich le den una vuelta. Porque el problema de esta feria no es solo su ubicación.

Como en 2017, la edición de este año de OutDoor ha ido a la baja. Desde el minuto uno el hecho de que fuese la última edición se ha dejado notar. Y para mal. No por los ánimos de los expositores, más bien por un ambiente de resignación, de dejar pasar el trámite sin más. Y todo con una caída importante de visitantes. E insistimos, las cifras oficiales pueden decir misa. Pero el balanbce no puede ser positivo. Y para muestra, un domingo preocupantemente tranquilo. Al menos hasta las 5, cuando el Alemania-México animó el ambiente.

Ispo tiene claro, y desde hace años, que una feria no es solo un espacio donde exponer. Hay que dar algo más. Mucho más.

El lunes, para ser justos, la cosa se animó. Más tráfico. Seguramente más negocio. Pero el ambiente, igual de resignado. Esperando a Munich. Esperando que Munich haga algo. Y conociendo a sus máximos responsables, lo hará. Porque Ispo tiene claro, y desde hace años, que una feria no es solo un espacio donde exponer. Hay que dar algo más. Mucho más. Las marcas ya tienen sus estrategias para presentar el producto y una feria al uso es completamente prescindible. Y más si para llegar a ella es una odisea.

Hay que dar un paso al frente. Es obvio que las novedades que presentan las marcas y los diferentes eventos que llenan la agenda atraen a miles de visitantes, la mayoría de ellos profesionales, pero este año los pasillos, y los stands, no han tenido el movimiento que sí tenían otros años. Porque era el principio del fin y porque el valor añadido de una feria como OutDoor hace años que deja mucho que desear.

LA VERSIÓN OfiCIAL
Las cifras oficiales hablan, como hemos dicho, de 30.000 visitantes de 88 países, 200 productos presentados en primicia, 950 expositores de 40 países y 902 periodistas acreditados. Con estos datos, los responsables de la feria se han mostrado “muy satisfechos con esta 25 edición, que ha demostrado que la industria se siente como en casa en OutDoor”. No solo eso, sino que, confirmando su intención de seguir impulsando una feria outdoor, han confirmado que “el balance de este año nos da muchas esperanzas de cara a la edición del año que viene”. Optimismo ante todo.

CAMBIOS TARDÍOS
La encerrona en el barco sirvió de poco. O muy poco. Para celebrar los 25 años de OutDoor sus responsables reunieron en un espectacular barco a marcas y detallistas. Y queriendo o sin querer -apostaría que la opción A- el viaje se convirtió en una rueda de prensa para explicar las intenciones del salón de cara a la edición 2019. Lo que oyen. OutDoor se va a Munich pero Messe Friedrichshafen quiere mantener vivo el encuentro. Con un formato diferente. Con un público diferente. Una especie de festival del outdoor. Que tengan suerte.

En el barco también se explicó a los asistentes los muchos cambios que se harán en infraestructuras para facilitar los accesos a la feria y para que alojarse no sea una quimera (por sitio y por coste). Van tarde. Muy tarde. Si esos cambios los haces hace 10 años hoy quizás nadie hablaría de Munich. O sí, porque insistimos, no solo es la ubicación. También el modelo falla. Y en eso Ispo tiene mucho que decir. Y ya trabaja en ello.

LOS ESPAÑOLES, AUSENTES
En cuanto a la afluencia de españoles, como era previsible, nada que decir. O mejor no decir nada. Apenas hemos visto una decena de tiendas siendo muy optimistas… Las de siempre. Esas que después, a muchos les extraña que les vayan las cosas bien. Suele pasar. Si te mueves, avanzas. Si no estás donde deberías estar, seguramente no conseguirás lo que esperas conseguir. Y habrá que esperar al año que viene para ver si la excusa que muchos ponen (lo difícil que es llegar a Friedrichshafen) es objetiva o solo es eso, una excusa. Haremos recuento en Munich. Aunque si tuviéramos que apostar, apostaríamos que estarán las de siempre… y poco más.

En Friedrichshafen (y también en Ispo, para ser justos) cada vez se oye a más marcas soltar, con ironía, la frase “han venido más españoles a venderme que a comprarme”. El salón parece interesar más a la prensa que al comercio. Y no solo es culpa de cómo está el mercado en España; también el modelo tiene que analizarse con detenimiento. Y nos consta que Ispo lo ha hecho. Porque si no, si no da una vuelta de tuerca a Outdoor, el salón seguirá languideciendo. En Munich y en cualquier parte.

Hay mucho por hacer. Y por suerte quienes tienen que hacerlo han dado muestras más que suficientes para darles un voto de confianza. Seguramente la gran diferencia entre Friedrichshafen y Munich es que los segundos han entendido mejor (y antes) que una feria no es un simple arrendador de espacios. Y que tal y como está el mercado ahora, con las opciones infinitas que tienen las marcas para presentar sus novedades al canal, o se les da algún argumento más allá del espacio, o difícilmente verán con buenos ojos las elevadas inversiones que tienen que hacer para acudir a una feria.

Hay mucho por hacer. Y por suerte quienes tienen que hacerlo han dado muestras más que suficientes para darles un voto de confianza.

EXPECTATIVAS... Y BICICLETAS
Ignoro si estas líneas las van a leer los responsables de ISPO o algunos de sus colaboradores, pero tienen que saber, y supongo que les habrá llegado, que las expectativas para la edición 2019 son muy altas. Mucho. Ni dos, ni tres, ni cuatro sino decenas de expositores, españoles y extranjeros, confiaban en un cambio radical del modelo para plantearse su asistencia, no el año que viene (“hay que darle una oportunidad a Munich”), pero sí dentro de dos. El listón está muy alto. Y se espera una transformación importante en el modelo, en los servicios e incluso en los precios. Por pedir...

Y a Friedirchshafen, solo nos queda desearle mucha suerte en su intento de seguir organizando una feria-festival outdoor en verano de 2019. Y que cuiden lo que tienen. Porque si fuesemos ISPO, una de las opciones que nos plantearíamos sí o sí a corto y medio plazo (mejor a corto) es que la nueva OutDoor de Munich compartiera espacio y fechas con una gran feria de bicicletas. Como Eurobike, por ejemplo. Y nos consta que alguna gran marca del bike, de esas que van poco convencidas a Eurobike (o ya no van) no ha tardado en llamar a ISPO y proponérselo. Y tendría todo el sentido del mundo… Por fechas, por temática, por sinergias... y por otras muchas razones. OutDoor puede no ser la única feria que se traslada del lago Constanza a Munich.

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